Comunicarse bien es un arte que realiza el ser humano desde hace miles de años para conseguir mejores expectativas de supervivencia.

En términos comerciales, cada audiencia solicita una clase de texto particular. No todos los productos se venden con estrategias de marketing similares.

Hay que decir o escribir las palabras adecuadas en el momento oportuno. Ni antes ni después.

Improvisar a lo loco puede tener funestas consecuencias. Ser espontáneos suele salir bien… pocas veces. No se trata de escribir un texto con palabras cogidas al azar o de hacer un discurso con palabras recién salidas del subconsciente.

Antes de hablar o redactar hay que pensar lo que se pretende decir o escribir.

Toda palabra, escrita o hablada, persigue una finalidad o propósito, explícito o implícito.

Depende del público-objetivo qué clase o tipo de texto empleemos.

Convencer sin violencia y sugerir con elegancia son las metas éticas de toda comunicación publicitaria o de mercadotecnia.

Para que tu audiencia compre tus ideas, productos o servicios has de entrar en su mente y captar las emociones que le impulsa a desear un producto u otro, una marca u otra, un know how u otro. En definitiva, el tuyo o el de la competencia directa.

Tipologías textuales

  1. Jurídica. Es un lenguaje formal y técnico para asuntos legales.
  2. Digital. Escritos breves, claros y concisos que van al grano.
  3. Educativa. Son didácticos. Instruyen (o explican al detalle) sobre algún aspecto concreto de un servicio profesional, artículo físico o producto virtual.
  4. Periodística. Estilo informativo total. Responde a las siguientes preguntas: quién, qué, cómo, cuándo, dónde, por qué y para qué.
  5. Histórica. Nos pone en antecedentes (acontecimientos del pasado inmediato o remoto) para ilustrar el futuro o el rabioso presente.
  6. Publicitaria. Busca persuadir al oyente, televidente o lector. Los eslóganes son cortos. Mensajes de impacto y fáciles de recordar.
  7. Literaria. Su campo de actuaciòn es el arte, las fábulas, los libros, los cuentos y la poesía.
  8. Descriptiva. Refiere las características singulares de un objeto o servicio. Se utiliza mucho en comercio electrónico.
  9. Científica. Se basa en autoridades incontestables. Está refrendada por datos o hechos fidelignos, reproducibles y verificables.
  10. Argumentativa. Lo suyo es la persuasión: para comprar ya, para reservar ahora mismo un servicio, para generar leads a la mayor brevedad posible, etc.
  11. Expositiva. Suele emplearse para desgranar contenidos de ideas un tanto complejas.
  12. Narrativa. Estamos ante la técnica de storytelling clásica. Un relato emocional o una historia peculiar para enganchar a tu audiencia.

La combinación de varios de estos tipos daría lugar a otras tipologías mixtas o transaccionales.

No escribas al tuntún. Si crees que no tienes la pericia necesaria acude a redactores publicitarios o copywriters profesinales. En nuestra agencia de marketing también creamos contenidos textuales a tu justa medida.